Héctor Starc es toda una referencia del rock argentino. Como guitarrista formó parte de una de las primeras bandas progresivas de rock cantado en español: Aquelarre.

A mediados de los años 70, en unos tiempos convulsos para la Argentina, probaron vivir la experiencia de girar por España. La decisión de probar suerte en Europa la tomaron muchos intelectuales y artistas, entre ellos algunos músicos que al final terminaron asentándose en España de una forma definitiva, como ejemplo el caso de Ariel Rot o de Alejo Stivel y muchos otros que emprendieron su diáspora personal aterrizando en una España efervescente, la de los años de la Transición.  

En aquel tiempo, Asfalto comenzaba a ser reconocido por quienes percibían el rock como la música que más se alineaba con sus ansias de libertad. Y así fue que no parábamos de tocar; para las estadísticas, 1977 registra el mayor número de actuaciones en un año de toda nuestra carrera: se sobrepasó con mucho los cien conciertos. 

El desaparecido Javier Gálvez, desde su oficina en Madrid: Centro Rock, coordinaba aquel caudal de demanda. Fue que ahí supimos de una banda argentina con la comenzamos a compartir cartel. 

Aquelarre eran muy buenos. Dominaban algo que nosotros por entonces aún teníamos como propósito: hacer rock cantado en español y que a la gente les sonara igual de bien. Cierto que en eso, los grupos argentinos, nos sacaban alguna ventaja. Sobre el escenario eran músicos brillantes y sonaban bien, eso sí, utilizando nuestro equipo que, como bien dice Héctor Starc en el video, los Asfalto nos habíamos construido por nuestros medios y con nuestras propias manos. 

Y no había otra forma que buscarse la vida si querías dar ese paso que te diferenciaba de las bandas que venían de fuera. Vivíamos obsesionados con ello y, creo que lo puedo decir, éramos los más avanzados en ese propósito. Aun con todo, nunca mostramos esa ventaja como un signo distintivo respecto a nuestros compañeros pues era un tiempo en el que todos nos sentíamos cómplices en un mismo objetivo: dar visibilidad al rock y mostrar que, también aquí, podían hacerse bien las cosas. De ahí que no nos importaba nada prestarle nuestro material a otros con tal de que se beneficiara la audiencia.

Julio Castejón.


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