Quienes formaron parte del movimiento que surgió con fuerza a mediados de los años 70, como es el caso de Asfalto y algún otro, agradecen que algo así se haga. Quienes los hemos seguido, también.
El movimiento de rock español, término que se acuñó por entonces y que no siempre ha estado bien reivindicado en los medios generalistas, tuvo y sigue teniendo interés en mayor cuantía de la que se presupone. Los datos lo acreditan.
El bello palacio de Longoría, sede de la SGAE, tiene sus limitaciones de espacio. Sólo por ello se justifica que más de un nombre significado de aquel tiempo no aparezca en las vitrinas donde se muestran objetos, instrumentos, curiosidades y material de antaño. Por otro lado, vincular a bandas nuevas con aquellas que hicieron historia, no sé si es lo mejor que se debe hacer. Los museos, y esta exposición tiene mucho de ello, tienden a mostrar elementos del pasado. Para representar el tiempo actual tal vez mejor otro tipo de eventos: muestras, certámenes, exposiciones... y sobre todo, en este caso, conciertos.
Lo que si ha quedado patente es que una amplia muestra referida al rock nacional tendría todo el sentido. Tal vez no sirva de nada apelar a organismos gubernamentales para propiciar algo así. A pesar de ello Habría que insistir. La pena es que tenemos la sensación de que el rock, en España, sigue sin ser reconocido como movimiento cultural.
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